jueves, 29 de septiembre de 2011

System of a Down México 2011

La banda californiana System of a Down "intoxicó" el Palacio de los Deportes anoche, cuando se presentó por primera vez en la capital mexicana como parte de su "Reunion Tour 2011".

Los músicos "intentaron construir una prisión" y lo lograron, con más de 15 mil "presos hipnotizados", durante los 120 minutos que duro su concierto, en el que los asistentes se salieron del sistema, y gritaron sin cesar los 29 temas entonados por el cuarteto, que este año celebra su reencuentro después de cinco años de ausencia de los escenarios.

Sin más preámbulos, el entarimado comenzó a retumbar a las 20:30 horas, desde la presentación de los rockeros locales del grupo Yokozuna, quienes pasaron la prueba de fuego al entretener a un público difícil con sus temas como "Slam y minifaldas" y "Salpícame", entre otros.

La euforia se desató al cubrir el escenario con una manta blanca que servía de fondo para enaltecer el nombre de la banda, que estaba por estrenarse ante su público mexicano, que en su mayoría creció con el álbum "Toxicity" y comenzó a proclamarse contra la injusticia mundial.

El momento esperado de la noche llegó en punto de las 21:30 horas, cuando la oscuridad reinó el lugar y se pudieron escuchar los primeros "riffs" de la velada, que se conjugaban con un juego de estrobos circulares y daban forma a la sombra de cada uno de los integrantes, quienes abrieron el concierto con "Prison song".

La violenta apertura encerró a todos en un limbo protestante que siguió su curso con "B.Y.O.B", "I-E-A-I-A-I-O" y "Needles", canciones que destrozaron la armonía nocturna y traspasaron la estructura metálica del recinto.

En voz de Serj Tankian y Daron Malakian. la agrupación se limitó a saludar con entusiasmo a sus fanático un par de veces; el agradecimiento continuó en la potencia de temas como "Deer dance", "Radio/video", "Hipnotize", "Question!" y "Suggestions", que dieron un recorrido por algunas de sus placas discográficas.

A mitad del concierto la locura invadió a los presentes, quienes desgarraron sus cuerdas vocales al entonar junto a los músicos "Psycho", "Chop suey", "Lonely days" y "Bounce", que además dieron entrada a una nueva escenografía que lucía un par de montañas nevadas.

Las revoluciones bajaron brevemente con "Lost in Hollywood"; sin embargo, el llamado "Domo de Cobre" continuó "fundiéndose" gracias a la intrépida ejecución de "Kill rock n roll", "Forest" y "Science".

Una tregua momentánea llegó con "Mind", "Innervision" y "Holy mountains", entre las cuales, Tankian, se dio tiempo para explicar a su público que "estoy cansado de la injusticia, de las guerras, del genocidio, éste mundo es para vivir en él; los amo México", palabras que fueron aplaudidas por la muchedumbre.

Las gargantas volvieron a encenderse con "Aerials", una de las rolas consentidas de los fans, que además, sirvió de previo para "Vicinity of obscenity", canción que fue una sorpresa para el auditorio, pues no forma parte de su repertorio común en sus giras.

Cuando todos esperaban el famoso "encore", el escenario tuvo como fondo la portada del primer disco homónimo y dio energía para continuar con "Tentative", "Cigaro", "Suite-Pee" y "War?".

La recta final llegó, no sin antes agradecer una vez más el apoyo por parte del público, que fue testigo de la última reserva del sistema en el poder de "Toxicity", "P.L.U.C.K" y "Sugar", letras que hicieron perder la cabeza a todos por medio del famoso "headbang".

En medio de una estruendosa ovación, los fans intoxicados despidieron a Serj Tankian, Daron Malakian, Shavo Odadjian y John Dolmayan, cuatro de los pocos defensores de la humanidad y sus derechos que hay en el mundo, y que alzan la voz por medio de las potentes ondas sonoras de su propuesta musical.

NTX/JSG

miércoles, 21 de septiembre de 2011

CAIFANES 2011

México, 21 de septiembre (Notimex).- La espera terminó y anoche más de mil 600 “dioses” capitalinos congregados en un foro de la Ciudad de México se rindieron a los pies de la mítica banda Caifanes, durante un concierto de ensueño, el cual quedará grabado en la memoria de sus seguidores hasta que sus almas lleguen “a donde no sale el sol”.

“¡Caifanes a tus pies raza!, ¡siempre!”, fueron las palabras de Saúl Hernández, que retribuyeron la sorprendente entrega del público que comenzó a desfilar eufórico a partir de las 20:00 horas y entre el cual destacó la presencia de los fieles fans del “Ritual del perro” y “Los aliados de tu reino”, quienes no dejaron de alentar durante los 130 minutos que duró el espectáculo.

Después de presentarse con éxito en el reciente Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino, los iconos del rock mexicano realizaron un sólido reencuentro, con lo que demostraron que a pesar de sus 16 años de ausencia son una de las agrupaciones que sin duda formará parte de la historia nacional hasta el fin de los tiempos.

Chicago y San Diego fueron las primeras ciudades en Estados Unidos en vivir la gira del reencuentro.

En México, a las 21:30 horas de anoche en el escenario de El Plaza Condesa de la capital del país se vivió y recordó la letra de “Viento”, tema que detonó de inmediato las voces en el lugar y evidenció la reconciliación entre Alejandro Marcovich y Saúl Hernández.

Imparable, la banda continuó con “Negro cósmico” y al terminar dio paso para que Saúl diera las gracias a sus fieles fanáticos, viejos conocidos y nuevas generaciones que han crecido con su música: “Raza, esto es un milagro, gracias a ti estamos felices y contentos, rompiéndonos la ma… como siempre lo hemos hecho”.

“Para que no digas que no pienso en ti” siguió prendiendo la mecha en el templo. Al finalizar, Saúl retomó la palabra y resaltó que en tiempos difíciles hay que “tener coraje y vivir poca ma…”, para posteriormente interpretar “Miedo”.

“Nunca me voy a transformar en ti”, “La vida no es eterna” y “Te estoy mirando” siguieron el curso del tiempo y precedieron uno de los temas más esperados de la velada: “Aquí no es así”, que paralizó los corazones del público.

Pero a la segunda estrofa de esta canción, Saúl Hernández olvidó la letra y tuvo que comenzar de nuevo, acción que los presentes, lejos de reclamar, le agradeció y se le entregó con pasión.

A partir de ese momento la noche se tornó mágica, pues la lluvia de clásicos se dejó caer con “Cuéntame tu vida”, “Antes de que nos olviden”, “Ayer me dijo un ave” y “Sombras en tiempos perdidos”, este último cubrió de nostalgia el lugar que albergó miles de cuerpos moviéndose de un lado a otro.

Los inolvidables temas siguieron con “Mátenme porque me muero”, con el que Diego Herrera dio cátedra de su habilidad con el teclado; “Los dioses ocultos”, “Estás dormida”, “Amanece”, “El comunicador” y “Perdí mi ojo de venado”.

Con la multitud eufórica, la agrupación aprovechó para presentar a cada uno de los integrantes, quienes se llevaron una porra estruendosa con el típico toque pambolero que caracteriza las ovaciones mexicanas.

Acto seguido, Saúl dedicó el tema “Nos vamos juntos” a cada uno de sus compañeros de trabajo, quienes agradecieron el gesto con una potente interpretación que despidió por primera vez en la noche a la agrupación, en medio de un mar de aplausos, a los cuales el vocalista respondió hincándose para agradecer humildemente a su raza.

Sin más rodeos y dejándose querer por la gente, el quinteto ofreció una recta final digna de ser inmortalizada en los templos aztecas con “La negra Tomasa”, “Nubes”, “La célula que explota”, “Afuera” y “No dejes qué”, temas que latieron hasta en lo más profundo de la ciudad e hicieron perder el control de una muchedumbre que se rindió a los pies de los dioses Caifanes.

Con las caras llenas de sorpresa y satisfacción, los cinco líderes y fundadores Saúl Hernández, Alejandro Marcovich, Sabo Romo, Alfonso André y Diego Herrera se reencontraron exitosamente con sus seguidores de la capital, a quienes volverán a conquistar los próximos 1, 2, 4 y 5 de octubre, ahora en el Palacio de los Deportes.

NTX/JSG

sábado, 10 de septiembre de 2011

Entrevista con Everardo Gout


Por Jorge A. Santamaría González.


Como una carta de amor a México que ayuda a reflexionar la situación actual describe el cineasta Everardo Gout su película “Días de gracia”, quien considera este proyecto como una de las apuestas mas grandes que ha realizado junto con el equipo de trabajo.


“Hice esta película por mi país, por una ciudad en la que me siento orgulloso de vivir y en la que habitamos con el miedo de lo que sucede alrededor”, platicó el realizador en entrevista, durante una proyección especial de su filme en la sala THX de los Estudios Churubusco.


El director afirmó que uno de los principales puntos que toca en su trabajo es la reflexión de la sociedad a cerca de la realidad que se está viviendo, no solo en el Distrito Federal, sino en el país entero, respecto a los actos criminales, la corrupción, la prostitución y la imagen del cuerpo policíaco.

“Hay que abonarnos a la idea de encontrar la explicación que nos ayude entender el porque está sucediendo tanta criminalidad, porque se expanden los ejercicios de violencia; es labor de todos reflexionar como estamos creando estos focos que acabo de mencionar”, aseguró.


Además enfatizó que el uso contextual de los mundiales de futbol y la práctica boxística “representan el otro lado de la moneda. Es importante enseñar el deporte, porque a final de cuentas lo que planteo es que las cartas están sobre la mesa, y en función de ellas, uno decide como las quiere jugar”.


Respecto al tema de la corrupción en algunos agentes policiales, señaló en primera instancia que el no busca hablar mal de la policía, ya que el tiene cosas buenas que hablar de ellos debido a que le ofrecieron todo el poyo posible durante el rodaje del proyecto.


Sin embargo, puntualizó que, “los problemas en el cuerpo policial vienen de más arriba: la falta de recursos, capacitación, necesidad, cosas profundas que no se ven a la luz pública, son los principales motivos de que existan focos de corrupción”.


“Haciendo la investigación entreviste a un gran número de cadetes policíacos a quienes pregunte qué les motivaba a ser elemento de seguridad en una ciudad tan peligrosa, y ellos contestaron lo mismo que nosotros: la necesidad de tener una sociedad mejor”, agregó.


Acerca del rodaje dijo que fue un trabajo de 5 años, donde se afinaron cosas en el guión, se integraron los músicos e incluso resaltó la preparación de Tenoch Huerta (“Lupe Esparza”), quien, discretamente, se integró a la Academia de Policía para hacer su entrenamiento y realizar un papel extraordinario.


Destacó sobre la manera de filmación que en un principio, al ser un tema muy sobrio, se “implementó un ritmo muy ágil, energético, que atrape al espectador; en función de ese viaje complejo y visual vayan corriendo los mensajes a través de su mente, se involucre con la película y hasta muy después del final empiece a comentar los puntos que quería tocar”.


Acerca de su estreno en el pasado Festival de Cannes, dijo sentirse muy contento por los buenos comentarios que obtuvo del público del evento, el cual es muy difícil; sin embargo, cree que el éxito se dio debido a que “la gente está ávida de ver trabajos con sustancia coherente y que planteen las problemáticas de México”.


Gout agregó que: “hay que retar al espectador, mas no tomarlo por ingenuo. Esta película pide su atención, ya que lo hace partícipe de los hechos, no lo toma como un tonto. El filme expone una realidad y te dice como tratar de abordarla”.


Acerca de su próximo estreno en las carteleras mexicana, admitió que aún desconoce la situación de su incursión en las salas y que por el momento se realizan solo un par “screenings” especiales para que la gente que colaboró en el proyecto y los medios de comunicación lo conozcan.


“Días de gracia” es una largometraje, que durante 132 minutos, se sitúa en la Ciudad de México durante los mundiales de futbol de Corea-Japón 2002, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, para contar las historias de un “Lupe” (Tenoch Huerta), “Víctima X”(Carlos Bardem) y “Doroteo” (Kristian Ferrer), quienes se ven envueltos en una red de corrupción, violencia, venganza y supervivencia durante los 30 día de la justa mundialista.