sábado, 28 de abril de 2012

Roger Waters The Wall Live México 2012

By: Rebelcore
Roger Waters formó un muro de vigilancia en el Foro Sol
Roger Waters levantó un muro llenó de sueños e ilusiones del cual fueron parte más de 50 mil fanáticos que se reunieron en la fantástica caja del Autódromo Hermanos Rodríguez, donde la música construyó una nueva dimensión.

Por más de 120 minutos la Urbe de Hierro se convirtió en un corazón pacífico, en contra de la guerra, las injusticias y la crueldad del ser humano, todo encabezado por el ex integrante de Pink Floyd, quien, con el puño al aire, lanzó un certero mensaje a las autoridades mundiales.

"The Wall Live" demostró el poder que tiene la música para hacer que la mente deje el cuerpo y materialice todas esas ilusiones que el hombre anhela: derribar las barreras, los obstáculos y los baches que impiden la armonía y la felicidad.

A las 21:15 horas de este viernes el tiempo obligó a la capital a suprimir de la realidad el Foro Sol, que se apagó y se centró en las imágenes plasmadas sobre los más de 400 ladrillos de la legendaria pared del disco lanzado en 1979.

El escenario comenzó a poblarse con ocho personas que cargaban el estandarte rojo de "The Wall", cuya magnificencia se engrandeció con la serie de pirotecnia roja que iluminó el cielo y presentó al mítico Waters.

El músico y compositor británico de 68 años salió vestido totalmente de negro, con una chaqueta de cuero y la mirada cubierta con lentes oscuros.

A su salida, el escenario proyectó las acciones del escenario en alta definición y con ellas "In the flesh?".

El silencio se atormentó con el sonido de las metralletas que surcaban el cielo y cuya víctima fue un avión que salió disparado del ala derecha del recinto y se estrelló sobre el muro. El último vuelo del pájaro había sucedido.

Acto seguido los ladrillos homenajearon con fotografias a las víctimas perdidas en conflictos bélicos, desde la Segunda Guerra Mundial con la imagen del padre de Roger, hasta la foto del hijo fallecido del poeta Javie Sicilia.

La sangre, grafittis de protesta y la leyenda "Stop Wars" acompañaron "Thin Ice". Uno de los momentos más esperados de la noche llegó cuando el recinto se iluminó de carmín:

"Another brick in the wall part 1 y 2", hizo que las 50 mil mentes se unieran al mensaje del británico. Del cielo bajó el "Profesor", una marioneta que fue señalada por el grupo de niños de los colectivos Marabunta y Barrio Activo que acompañaron el concepto.

Foto: Toni François
Los niños tienen la razón: "Fear builds walls".
"Me gustan los niños, por eso quiero dedicar este concierto a todos los que ya no están con nosotros: los desaparecidos y caídos por el narcotráfico, y a las mujeres y niñas de Juárez. Nos unimos a su ausencia", dijo el músico para alzar aún más su protesta mundial.

Los latidos, las voces, la entrega y la paranoia construyeron el significado de cada ladrillo que conformaron un muro donde las balas encontraban su destino y las cámaras de vigilancia señalaban a los prófugos, que sólo eran culpables por unirse al amor proclamado por Waters.

"Mother", "Goodbye blue sky" y la secuencia de "Empty spaces", siguieron clavándose en la imaginación de los reunidos en el lugar. Lo propio hicieron "Young lust", "One of my turns", Another brick in the wall part 3" y "Goodbye cruel world", que selló el espacio que separaba al rockero del público. El intermedio había llegado.

Durante los 20 minutos de pausa, el muro reflejó las fotografías de personas caídas en las guerras en Irak, Afganistán, Irán y hasta a los desaparecidas del 11 de Septiembre de 2001.

Con cada ladrillo en su lugar, sin un hueco penetrable regresó el frenesí con "Hey you" y "Nobody home", en la cual la roca dejó su fuerte cohesión y liberó un cuarto de motel para la interpretación del mítico tema.

Para "Comfortably numb", los ladrillos dibujados por los proyectores se derrumbaron y el músico británico se entregó. Sin embargo, lo mejor del "show" estaba por venir.

Dicen que los sueños se cumplirán cuando los cerdos vuelen y así lo hizo Waters, quien soltó un puerco volador que surcó los aires del Foro Sol con mensajes y protestas en su superficie: "The show must go on", "In the flesh"´ y "Run like hell".

Como toda leyenda lo mejor se dejó para el final con "Waiting for the worms" y "Stop", que dieron cabida a un templo, una gran plancha visual en la que se realizó la tan esperada Marcha de los Martillos. Asimismo, "The trial", proyectó fragmentos del filme de 1982.

Al final "Outside the wall", derrumbó el muro en mil pedazos y vio a Roger decir adiós. El sueño había terminado; sin embargo, el mensaje ha quedado dentro de los corazones de 50 mil espectadores que seguirán en el trance y anhelarán un mundo mejor.

"Gracias, México", fueron las última palabras de la leyenda del rock progresivo; "Gracias a tí", replicaron los aplausos y gritos que retumbaron por toda la capital. Una nueva historia y un nuevo muro se ha derrumbado en el Distrito Federal.

viernes, 20 de abril de 2012

Anthrax México 2012

by: rebelcore

La noche de este miércoles el José Cuervo Salón se convirtió en una sucursal del infierno dominada por más de tres mil demonios que se rindieron ante la brutalidad instrumental de la leyenda del thrash metal, Anthrax.

El escenario fue destrozado y no fue para menos, ya que el quinteto neoyorquino le brindó 15 temas a sus seguidores que abarrotaron el José Cuervo Salón para acabar con un ayuno de siete años sin la "infección" musical de la agrupación. 

El regreso de Joey Belladona a las vocales y la presentación en vivo de su más reciente disco Worship music , fueron los elementos necesarios para que la esencia del thrash metal regresara al territorio mexicano. 

Desde las 17:00 horas miles de representantes de la vieja escuela y la nueva sangre del metal, ataviados con playeras del grupo, el clásico chaleco de mezclilla parchado y luciendo largas cabelleras, reclamaron el recinto de Polanco para revivir las glorias de la década de los 80 y 90. 

El día era de Anthrax y nadie más, así que los fans hicieron de la fila un lugar hostil para los asistentes que portaban camisetas de Slayer, Megadeth y Metallica; sin embargo, siempre guardando la cordura y manteniendo un buen ambiente. 

El encargado de abrir el portal del inframundo fue la banda Shadows Fall, que a pesar de algunas rechiflas, entregó todo su poder en voz de Brian Fair. Step outside the circle , Fire from the sky , y The unknow , fueron algunas de sus rolas. 

Posteriormente, pasadas las 21:30 horas el gran momento de la noche llegó: Belladona, Scott Ian, Rob Caggiano, Frank Bello y la adición de Gene Hoglan (Testament) se presentaron ante su ejercito con Earth on hell , la cual incendió la atmósfera y provocó los primeros "headbangs" de la noche. 

Sin dar tregua alguna, el quinteto llamó a "luchar hasta el final" con Fight 'em till you can't ; los puños se alzaron e hicieron cimbrar a los neoyorquinos, quienes no dudaron en recompensar a su público por su valor. 

Así, con los primeros acordes de Caught in a mosh llegó una tempestad que no cedió hasta el final; en el centro, cientos de asistentes formaron el "circle of death" , que no se extinguió hasta la despedida de la banda. 

El torbellino de riffs, redobles y la voz de Belladona siguieron prendiendo fuego con Antisocial , The devil you know e Indians , una de las favoritas de los thrasheros, quienes adornaron la interpretación con una bomba de humo rojo que iluminó el entorno. 

El vocalista, quien vistió una playera de su banda, se mostró sorprendido por la enjundia y el incansable ímpetu mostrado en los fans. 

Esto también provocó que Ian, dijera: "México, los llevo en mi corazón. ¡Están locos! Y eso hace falta ver en algunas ocasiones" . 

In the end y Got the time , bajaron las revoluciones lo suficiente para volver a sacar la furia con Deathrider , Medusa , Among the living , Be all, end all y Madhouse , la locura perfecta para provocar el "encore" de la noche. 

Para terminar de dominar la tierra, Anthrax se alimentó de la energía restante de sus "demonios" , quienes sucumbieron ante el infierno que provocaron Metal thrashing mad y I'm the law, las cuales culminaron con una noche en la que el thrash metal demostró que nunca morirá. 

NTX/JSG

domingo, 15 de abril de 2012

Noel Gallagher's High Flying Birds 2012

By: Rebelcore
Noel Gallagher prometió un "show impresionante", pero logró más que eso, pues más de tres mil espectadores emprendieron un impresionante "vuelo", que durante 90 minutos los elevó de sus butacas del Teatro Metropólitan.

El 10 de julio será una fecha que los capitalinos nunca olvidarán, porque además de haber regresado al territorio después de tres años cinco meses, la leyenda del britpop y el rock inglés presentó su disco

 "Noel Gallaghers's high flying birds", cuyo repertorio hizo volar a toda una generación que asistió al recinto capitalino con la intención de recordar los sonidos musicales que invadieron la década de los 90 y presenciar en vivo, por primera vez en el país, los nuevos temas de su disco.

Desde muy temprana hora, los seguidores del mayor de los hermanos lo persiguieron: desde el hotel en el que se hospeda hasta su llegada al Metropólitan para el “soundcheck”; algunos afortunados consiguieron la tan anhelada rúbrica del británico, quien se tomó el tiempo para atender a todos.

"Oasis es una época. Noel y Liam han sido los hermanos musicales más controvertidos; sin embargo, en la banda, Noel siempre aportó el talento y hasta hoy en este proyecto lo ha demostrado", fue la opinión de un fan que cumplió el deseo de escuchar algunas canciones de la mítica banda en voz de Noel.

El grupo Los Daniels abrió la velada en el Metropólitan, pero su actuación pasó desapercibida, ya que la mayoría de los asistentes se dispuso a guardar la voz hasta la gran aparición del tambi`én fanático del Manchester City.

Así, con la puntualidad que los caracteriza, Noel y su banda pisaron el escenario para despegar junto a su público, quienes se pusieron de pie y fueron sorprendidos con “(It's good) to be free" y "Mucky fingers", ambas rolas originalmente interpretadas junto a Liam, Andy y Chris.

Las canciones del "High flyng birds" abrieron con "Everybody's on the run", originalmente la pieza que abre el disco que lo trajo de nuevo a México. Ataviado con jeans y chamarra negra, de la cual se despojo al sentir el intenso calor, continuó con “Dream on” e “If a had a gun”, ésta escrita durante la última gira sudamericana de su ex agrupación.

Su talento no necesitó de una impresionante producción, pues con sólo luces cálidas, estrobos y una pantalla que proyectó ondas de colores y fotografías de sus más recientes videos, provocó un trance en los espectadores.

"Buenas noches, es un honor volver a tocar en su país", dijo Noel, quien antes de continuar el viaje premió a un seguidor con su plumilla. "The good rebel", "The death of you and me", primer sencillo de su nueva placa y "Freak teeth" siguieron con el rock.

El regreso a la década pasada continuó con las versiones acústicas de "Supersonic" y "Talk tonight", una muestra del legado que sembró para el mundo musical junto a Liam. (I wanna live in a dream in my) record machine" y "AKA...what a life", volvieron a demostrar que la nueva música es producto de su indescriptible talento.

La noche era aún joven, así que Gallagher se entregó al máximo con “Soldier boys and Jesus freaks", "AKA...Broken arrow", "Half the world away" y “(Stranded on) the wrong beach", la cual despidió por primera vez a la banda del entarimado.

Ya interpretadas todas las canciones del "High flying birds", se vino un cierre de ensueño para todos los que crecieron con el cuarteto de Manchester. "Nos vemos mañana, y si no hasta pronto. Hasta luego México", fueron las últimas palabras de Gallagher.

El cierre fue el paraíso, un sueño del que cualquier amante del rock no quisiera despertar. "Whatever", fue una sorpresa bien recibida y que anticipó la ola nostálgica que se avecinó: "Little by little" no necesitó presentación, retumbó en todo el lugar; una canción del "Heathen Chemistry" regresó para nunca ser olvidada.

Quiza los más esperanzados esperaban "Wonderwall", una canción que llegó en 1995 para hacer historia, pero no, los fans esperaban algo más; sorpresas que los hicieran hacerse sentir afortunados de ser parte de una generación que pasó, pero que jamás será olvidada. Y así fue: "The importance of being idle" acabó con la armonía que dominaba, el público fue un coro que Noel agradeció y por eso dio un cierre memorable.

Antes de dejar el escenario, se enfundó su guitarra, miró a sus compañeros; la señal para despedirse con honores del lugar sonaron de las baquetas de Jeremy Stacey y empezó "Don´t look back in anger", una canción indescriptible en la historia de Oasis, parte del "(What's the story) Morning glory", himno de una época que se quedó sin voz al interpretar la canción hasta la última palabra.


 El sentimentalismo dominó los casi cinco minutos de duración y al final el público se rindió a los pies de Noel, quien se despidió "en hombros" y acarició la gloria que no le han dado los "Citizens" en años. Así culminó una noche en la capital para Noel Gallagher, quien se entregó a México y retrocedió en el tiempo a la década de 1990 y principios del siglo XXI.

Noel no cree que su talento sea el suficiente para ser el referente una era; sin embargo, demostró que la mitad del corazón de Oasis aún late en él, y, aunque se ve lejos la reconciliación con Liam, quien quiere olvidar su pasado con Beady Eye, México demostró que estará esperando el regreso de un legado musical de más de 18 años. "Hasta pronto a ti también, Noel".