México, 27 Ago. (Notimex)- El ambiente que imperaba en las discotecas de la década de los años 70 regresó anoche al Auditorio Nacional de la Ciudad de México, gracias a la colosal actuación de la banda estadunidense Earth, Wind & Fire.
Aun con la ausencia del vocalista fundador Maurice White, su hermano Verdine, así como Philip Bailey y Ralph Johnson, junto con otros nueve músicos revivieron los años de júbilo de una generación que, soñadora, lució sus mejores pasos al ritmo de los 21 temas que componen el 40th Anniversary World Tour.
Por los pasillos del recinto desfilaron en su mayoría veteranos de la música disco y jóvenes deseosos de vivir algunos minutos de lo que fue aquella época, en la que las luces y los atuendos extravagantes dominaron las noches de parranda en diferentes partes del mundo.
"Hubiera querido vivir esos tiempos", le dijo un joven a su padre, quien literalmente enloqueció en punto de las 20:40 horas, cuando la iluminación general del foro se extinguió y dio paso a un juego de luces multicolor que hizo lucir la presencia de los 12 músicos, mientras saltaban al escenario ataviados con trajes blancos, chalecos brillantes, pantalones acampanados y una amplia gama de instrumentos.
Sin hacer esperar más a su público impaciente, la agrupación desató de inmediato la energía mediante el ritmo de "Boogie wonderland", la cual no ofreció tregua alguna, ya que dio paso fugaz a "Sing a song", "Shining star" y "Getaway".
De inmediato "Júpiter" sirvió para que los demás músicos dieran cátedra de su talento, logrando resaltar el solo del saxofonista Gary Bias, quien cautivó y sorprendió a las más de 10 mil almas reunidas en el lugar y las cuales agradecieron la estupenda entonación abandonando sus asientos para brindar un fuerte aplauso.
"Todos las manos al aire", gritó Bailey, quien asombró y movió fibras a sus fanáticos con su estruendosa voz, que dio paso "Serpentine fire", "Sun goddess", "Kalimba story" y "Evil".
La feria instrumental continuó con "Brazilian rhyme", que al concluir brindó la oportunidad de presentar a cada uno de los 12 músicos sobre el entarimado del Auditorio Nacional, quienes agradecieron el apoyo de sus fieles durante esta celebración de los 40 años de trayectoria.
El romanticismo llegó con "That’s the way of the world", "Devotion", "Love’s holiday", "Can’t hide love" y "After love is gone", en esta última los tres músicos fundadores brindaron un ambiente más íntimo recitando toda la lírica sentados sobre unos bancos de madera.
"Reasons" y "Gog et you into my life", "cover" de The Beatles, abrieron la recta final de uno de los conciertos más emotivos que se han presentado durante este año en la capital mexicana.
Con las ansias de abandonar sus asientos después de disfrutar la intimidad propuesta por el funk y el soul, el público prácticamente perdió la cabeza y derrapó sus suelas por la pista de baile al ritmo de "Fantasy", que inició con un frenesí de ritmos setenteros.
Ya con los ánimos por los cielos, Earth, Wind & Fire compensó el apoyo recibido durante 120 minutos, con la interpretación de los clásicos "September", "Let’s groove" y "Mighty, mighty", en las cuales Verdine White fue víctima de la euforia y se despojó de su camisa, mientras que Johnson repartió sus baquetas entre el público.
"Los amamos Ciudad de México", concluyó Bailey junto a sus compañeros de banda, para rendirse a los pies de su auditorio, que tuvo la dicha de retroceder, en pleno siglo XXI, al tiempo de la música disco durante el primer concierto que los estadunidenses ofrecieron en la capital mexicana.
Aun con la ausencia del vocalista fundador Maurice White, su hermano Verdine, así como Philip Bailey y Ralph Johnson, junto con otros nueve músicos revivieron los años de júbilo de una generación que, soñadora, lució sus mejores pasos al ritmo de los 21 temas que componen el 40th Anniversary World Tour.
Por los pasillos del recinto desfilaron en su mayoría veteranos de la música disco y jóvenes deseosos de vivir algunos minutos de lo que fue aquella época, en la que las luces y los atuendos extravagantes dominaron las noches de parranda en diferentes partes del mundo.
"Hubiera querido vivir esos tiempos", le dijo un joven a su padre, quien literalmente enloqueció en punto de las 20:40 horas, cuando la iluminación general del foro se extinguió y dio paso a un juego de luces multicolor que hizo lucir la presencia de los 12 músicos, mientras saltaban al escenario ataviados con trajes blancos, chalecos brillantes, pantalones acampanados y una amplia gama de instrumentos.
Sin hacer esperar más a su público impaciente, la agrupación desató de inmediato la energía mediante el ritmo de "Boogie wonderland", la cual no ofreció tregua alguna, ya que dio paso fugaz a "Sing a song", "Shining star" y "Getaway".
De inmediato "Júpiter" sirvió para que los demás músicos dieran cátedra de su talento, logrando resaltar el solo del saxofonista Gary Bias, quien cautivó y sorprendió a las más de 10 mil almas reunidas en el lugar y las cuales agradecieron la estupenda entonación abandonando sus asientos para brindar un fuerte aplauso.
"Todos las manos al aire", gritó Bailey, quien asombró y movió fibras a sus fanáticos con su estruendosa voz, que dio paso "Serpentine fire", "Sun goddess", "Kalimba story" y "Evil".
La feria instrumental continuó con "Brazilian rhyme", que al concluir brindó la oportunidad de presentar a cada uno de los 12 músicos sobre el entarimado del Auditorio Nacional, quienes agradecieron el apoyo de sus fieles durante esta celebración de los 40 años de trayectoria.
El romanticismo llegó con "That’s the way of the world", "Devotion", "Love’s holiday", "Can’t hide love" y "After love is gone", en esta última los tres músicos fundadores brindaron un ambiente más íntimo recitando toda la lírica sentados sobre unos bancos de madera.
"Reasons" y "Gog et you into my life", "cover" de The Beatles, abrieron la recta final de uno de los conciertos más emotivos que se han presentado durante este año en la capital mexicana.
Con las ansias de abandonar sus asientos después de disfrutar la intimidad propuesta por el funk y el soul, el público prácticamente perdió la cabeza y derrapó sus suelas por la pista de baile al ritmo de "Fantasy", que inició con un frenesí de ritmos setenteros.
Ya con los ánimos por los cielos, Earth, Wind & Fire compensó el apoyo recibido durante 120 minutos, con la interpretación de los clásicos "September", "Let’s groove" y "Mighty, mighty", en las cuales Verdine White fue víctima de la euforia y se despojó de su camisa, mientras que Johnson repartió sus baquetas entre el público.
"Los amamos Ciudad de México", concluyó Bailey junto a sus compañeros de banda, para rendirse a los pies de su auditorio, que tuvo la dicha de retroceder, en pleno siglo XXI, al tiempo de la música disco durante el primer concierto que los estadunidenses ofrecieron en la capital mexicana.
NTX/JSG
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